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Palo confirmado a la pensión de viudedad: el ajuste que cambia lo que vas a cobrar

Pensión de viudedad
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En los últimos años, las pensiones en España han sido un tema de debate. Uno de los aspectos que más preocupación ha generado son las modificaciones en las pensiones de viudedad, que afectan a miles de personas que dependen de esta prestación. Esta pensión se concede a los cónyuges supervivientes cuando su esposo o esposa fallecen, y su importe se calcula según una serie de requisitos establecidos por la Seguridad Social. Sin embargo, los cambios legislativos podrían reducir o eliminar la pensión de viudedad en algunos casos, afectando a quienes más dependen de ella.

Los cambios más recientes en el sistema de pensiones contributivas establecen un incremento del 2,8% para las pensiones en 2025, según el cálculo basado en el IPC interanual de doce meses. Esto supone un aumento para muchos pensionistas, pero no para todos, ya que las pensiones de viudedad pueden estar sujetas a ajustes más específicos que impliquen su reducción o incluso eliminación en determinados casos. Por ejemplo, en aquellos casos en los que la persona beneficiaria decida contraer un nuevo matrimonio o constituir una nueva pareja de hecho, esta pensión se podría anular, excepto si se cumplen algunas condiciones específicas. Así, aunque las pensiones en general suben, aquellos que perciben una pensión de viudedad se pueden ver perjudicados por este tipo de cambios.

Los cambios en las pensiones de viudedad

Las pensiones de viudedad son una prestación económica diseñada para ayudar a los cónyuges supervivientes de un trabajador que ha fallecido. Esta pensión se otorga bajo ciertas condiciones de cotización y situación laboral del causante. Una de las características de este tipo de pensión es que, en muchos casos, puede ser una fuente de ingresos importante para aquellos que han perdido a su pareja, especialmente en aquellos casos en los que el cónyuge sobreviviente no tiene otros recursos económicos o trabaja en una situación de vulnerabilidad laboral.

Sin embargo, la pensión de viudedad no se concede automáticamente, ya que depende de varios requisitos establecidos por la Seguridad Social. El primer requisito es que el causante haya estado en alta o en situación asimilada al alta dentro del sistema de Seguridad Social en el momento de su fallecimiento.

Otro requisito fundamental para acceder a esta pensión es el periodo de cotización del causante. Si la muerte es debido a enfermedad común, se exigen 500 días de cotización dentro de los cinco años anteriores a la defunción, mientras que si la muerte es por accidente o enfermedad profesional, no se requiere periodo de cotización previo. Esta pensión se calcula en función de la base reguladora, un porcentaje que se determina a partir de las cotizaciones previas del causante.

El porcentaje de la pensión de viudedad puede variar en función de varios factores, como el número de hijos comunes, si el matrimonio se celebró con un mínimo de un año de antelación a la muerte, o si el cónyuge sobreviviente puede acreditar su situación económica y laboral. Además, esta pensión puede ser compatible con otras ayudas o prestaciones, como las pensiones de incapacidad permanente, siempre que se cumplan los requisitos especificados por la ley.

Condiciones para mantener la prestación

Una de las cuestiones que genera preocupación entre los beneficiarios de la pensión de viudedad es la posible extinción de esta prestación en determinados casos. Por ejemplo, si el pensionista contrae un nuevo matrimonio o forma una nueva pareja de hecho, se puede suspender la pensión de viudedad. Sin embargo, la ley establece ciertos supuestos en los que se puede mantener la pensión aunque se haya constituido una nueva relación. Éste es el caso, por ejemplo, si la persona beneficiaria tiene más de 61 años, o si tiene una discapacidad superior al 65%, o incluso si recibe una pensión de incapacidad permanente absoluta.

Estos requisitos permiten que una persona que se encuentre en una situación vulnerable pueda seguir recibiendo la pensión de viudedad aunque haya iniciado una nueva relación matrimonial o de pareja. Asimismo, se determina que la pensión de viudedad debe ser la fuente principal de ingresos del beneficiario. En este sentido, se considera que una pensión es la fuente principal de ingresos cuando esta represente al menos el 75% del total de los ingresos anuales de la persona.

Otra condición importante para mantener la pensión de viudedad es que los ingresos anuales del beneficiario, sumando todos sus recursos económicos, no superen el doble del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) vigente. En caso de que esta cantidad sea superada, la pensión de viudedad podría ser reducida o eliminada. Es decir, el sistema de Seguridad Social intenta evitar que aquellos que tienen una situación económica favorable tengan acceso a esta prestación, ya que se considera que no la necesitan.

La reforma de las pensiones, aunque tiene como objetivo asegurar la viabilidad del sistema de Seguridad Social a largo plazo, puede tener efectos sociales y económicos significativos, especialmente en aquellas personas que dependen de la pensión de viudedad para cubrir sus necesidades básicas.

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